Las principales habilidades para la mediación son:
- 1. Escucha activa
- Mostrar interés
- Clarificar
- Parafrasear
- Reflejar
- Resumir
- 2. Estructurar
- 3. Ponerse en lugar del otro
- 4. Mensajes en primera persona
- 1. Escucha activa
La escucha activa consiste en esforzarse por comprender, lo más matizadamente posible, lo que las personas están expresando, y que esto sea evidente para ellas. Distintos modos de realizar esta escucha activa son: mostrar interés, aclarar, parafrasear, reflejar, resumir.
- Mostrar interés
Mostrar interés se refiere a las intervenciones realizadas por la persona que escucha estén encaminadas a establecer una relación de cordialidad.
- Clarificar
Clarificar hace referencia a las intervenciones realizadas por la persona que escucha y que permite precisar qué se dijo o sucedió, cómo ocurrió (hechos, datos, etc.) y también, ayudar a ver otros puntos de vista.
- Parafrasear
Parafrasear consiste en repetir en palabras propias las principales ideas o pensamientos expresados por la persona que habla.
- Reflejar
Reflejar consiste en indagar sobre el o los sentimientos que han afectado a la persona que estamos escuchando.
- Resumir
Resumir consiste en agrupar, ordenar y sintetizar la información que da el que habla tanto en relación a sentimientos como a hechos.
- 2. Estructurar
Es una habilidad que utiliza el mediador para llevar la conducción de la mediación. Consiste en realizar intervenciones encaminadas a mantener el orden y la dirección del proceso de mediación y alcanzar los objetivos específicos de cada una de las fases, gestionando el flujo y la intensidad de la comunicación hacia la desescalada del conflicto.
- 3. Ponerse en lugar del otro
Es una habilidad importante en la mediación que pretende promover entre las dos partes del conflicto expresiones que demuestran a la persona que está hablando que la estamos comprendiendo, haciendo que quien está escuchando repita con sus propias palabras lo que la otra parte nos ha contado.
- 4. Mensajes en primera persona
En la medicación debe facilitarse que el que habla se exprese utilizando mensajes en primera persona, intentando comunicar de forma no agresiva la situación que le afecta, diciendo qué sentimientos le produce, explicando por qué le afecta de ese modo y expresando su necesidad o deseo personal.
Podemos distinguir fundamentalmente cuatro actitudes a la hora de afrontar el conflicto:
• El modelo del más fuerte o competidor: “lo haremos a mi manera”, intenta imponer al otro su opinión, su manera de ver las cosas. Este estilo genera a la larga depresión y una baja autoestima en el otro, y una “obediencia” ejercida sólo ante la presencia del “autoritario”, lo que no lleva a un éxito real.
• El evitador: busca evitar el estallido, la expresión abierta del conflicto. Prefiere huir, escapar del conflicto, pero a la alarga sólo consigue el deterioro de la relación, que nunca ve resueltas sus diferencias y explosiones aisladas de ira fruto de la frustración de no poder defender opiniones, gustos, derechos…
• El modelo “de la tirita” o del ”acomodaticio”: busca una solución rápida para salir del paso y no perder la relación, en el fondo es otro tipo de evitación, aparentemente hago frente al conflicto pero no es más que una cesión que obvia mis intereses reales, “vale, lo que tu digas”, consiente, se convence de que no es importante para poder tolerar, pero a la larga impide su crecimiento y puede llegar a generar dependencia de los demás y frustración.
• El modelo del ”colaborador”, se muestra interesado tanto en salvar sus intereses como en salvar la relación, intentando buscar una solución mutuamente beneficiosa “los dos podemos ganar, yo quiero…dime tú lo que te interesa”, examina junto a los otros los pros y los contras de los distintos puntos de vista para intentar complacer a todos. En extremo puede paralizarse la toma de decisiones por un excesivo análisis, pero es la más adecuada. Es importante poner límites y llegar a soluciones.
De interés formativo http://www.canalsolidario.org/formacion